El IPCC, más cínico que nunca

El título completo del último informe del IPCC es: "Calentamiento global de 1.5 °C - Un Informe especial del IPCC sobre los impactos del calentamiento global de 1.5 °C por encima de los niveles preindustriales y las vías mundiales relacionadas con las emisiones de gases de efecto invernadero, en el contexto del fortalecimiento de la respuesta global a la amenaza del cambio climático, el desarrollo sostenible y los esfuerzos para erradicar la pobreza ".

De verdad.

Este es un informe político. No hay pruebas científicas en todo el informe que muestren un vínculo entre el CO₂ y el aumento de las temperaturas. Ni siquiera hay pruebas de que el aumento de las temperaturas sea peligroso. Los niveles de temperatura para los que advierten están por debajo del nivel normal y natural durante la mayor parte del Holoceno. No hay nada peligroso en eso. La humanidad debe su desarrollo precisamente a las temperaturas más altas de este interglacial.

Afirman que propondrán "esfuerzos para erradicar la pobreza" ... ¡Pero no lo hacen! No hay una sola propuesta concreta para erradicar la pobreza, su razonamiento es el mismo que siempre: el CO₂ causa calentamiento, el calentamiento causa todo tipo de desastres, los desastres afectan principalmente a la gente pobre, así que ... eliminar el CO₂ erradicará la pobreza. Algo como eso. Todo está basado en hipótesis no probadas.

Pero no se puede encontrar una sola palabra sobre las consecuencias reales de las políticas que proponen. Quieren eliminar los combustibles fósiles. La energía barata que ha sido el principal impulsor del éxito de las naciones desarrolladas.

¿Cómo quiere el IPCC que los países pobres del mundo se desarrollen después de que les quiten el acceso a energía barata?

Y por todo el mundo, serán precisamente los pobres los más afectados por el aumento de los precios de la energía y el suministro intermitente de energía renovable.

El IPCC promete erradicar la pobreza, pero las políticas que proponen resultarán exactamente lo contrario.

No es de extrañar que los países en desarrollo comiencen a despertar.